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El 25% de las bajas laborales son consecuencia del «Síndrome del Edificio Enferno (SEE)», según un estudio del Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV)

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INFORMACIÓN SOBRE «EL SÍNDROME DEL EDIFICIO ENFERMO»

El síndrome del edificio  enfermo (SEE) es una expresión que denomina al conjunto de síntomas que presentan los individuos que viven o trabajan en un edificio afectado. Es un problema de difícil solución, puesto que habitualmente las causas son múltiples y de complicada detección.

Entre sus síntomas se encuentran los continuos resfriados y contagios de enfermedades infecciosas, fatiga mental y dolores de cabeza, sequedad e irritación de las vías respiratorias, piel y ojos, etc. Las alergias también ocupan un papel importante.

El SEE se da con más frecuencia entre los ocupantes de edificios con sistemas de ventilación mecánica o de aire acondicionado, pero también puede afectar a los ocupantes de edificios ventilados de forma natural.

 

Las características más frecuentes de los edificios enfermos son:

  • Ventilación mecánica y climatización
  • Superficies interiores (paredes, suelos) recubiertas con material textil.
  • Materiales y construcciones de mala calidad.
  • Hermeticidad y falta de ventanas practicables.

 

En la calidad del ambiente interior influyen varios tipos de factores o peligros:

  • Químicos: Gases, humos, partículas en suspensión de diversa composición química.
  • Biológicos: Seres vivos y subproductos.
  • Físicos: Condiciones termo higrométricas, ruido, iluminación, ventilación.
  • Psicosociales: Organización del trabajo, estilo de mando, relaciones laborales.
  • Falta de Desinfección periódica.

 

No siempre es fácil llegar a determinar la verdadera causa de las quejas sobre las condiciones ambientales. La dificultad principal radica, en algunos casos, en que no hay una causa única, sino varias y la mala calidad del ambiente interior puede deberse a una conjunción de varios o de todos los factores.

Síntomas más comunes:

  • Irritaciones de ojos, nariz y garganta.
  • Sensación de sequedad en membranas, mucosas y piel.
  • Respiración dificultosa.
  • Comezón.
  • Hipersensibilidades inespecíficas.
  • Náuseas, mareos y vértigos.
  • Dolor de cabeza.
  • Fatiga mental.
  • Elevada incidencia de infecciones respiratorias y resfriados.
  • Dolores musculares

Encontrar las causas:

Desde que se presentan evidencias de que el edificio puede estar afectado por el síndrome, que suele ser cuando algunos de sus ocupantes manifiestan malestar por la temperatura ambiental, lo primero que se debe comprobar es el estado de los sistemas de ventilación y de climatización para descartar que las causas se deban a una mala regulación. Si se descarta que esa sea la causa, entonces se debe iniciar una investigación técnica e higiénica que pasa por diversas fases:

  • Investigación inicial del edificio y planteo del problema.
  • Medidas de inspección y guía.
  • Medidas de ventilación, indicadores de clima y otros factores implicados.
  • Examen médico e investigaciones asociadas.

Una vez descubiertas las causas llega el momento de emprender acciones encaminadas a la solución. Si bien es cierto que se considera improbable llegar a solucionar los problemas al 100%, sí es posible minimizar la incidencia y llegar a unas condiciones aceptables.

 

Los contaminantes químicos y biológicos.

El aire exterior que entra en el edificio puede ser una fuente de contaminación del aire interior si contiene partículas de los escapes de los coches (CO2) por mala ubicación de la admisión de la unidad de calefacción-refrigeración. También puede penetrar por ventanas u otras aberturas.

Alfombras, tapicerías, fotocopiadoras, biocidas, productos de limpieza…pueden emitir compuestos orgánicos volátiles (formaldehido entre otros) y ser contaminantes del aire interior.

Las bacterias, hongos, polen y los virus son los tipos de contaminantes biológicos. Estos contaminantes pueden reproducirse en la humedad de las paredes de los conductos de los aires acondicionados, humidificadores y bandejas de drenaje o en el aislamiento de los conductos. A veces los insectos o excrementos de pájaros pueden ser una fuente de contaminante biológica.

Los síntomas físicos relacionados con una contaminación biológica incluyen tos, opresión en el pecho, fiebre, escalofríos, dolores musculares y alergias, además e irritación de la membrana mucosa y la congestión de vías respiratorias superiores.

                 

Una solución al síndrome del edificio enfermo.

 El aire adecuado debe estar libre de olores, polvo y otros contaminantes ambientales. No deben existir corrientes ni zonas estancadas sin ventilar y se debe contar con una temperatura y grado de humedad correctos. Los equipos mecánicos de aire, filtros y conducciones, así como las superficies de los edificios deben mantenerse en buenas condiciones sanitarias y de limpieza.

La modificación o eliminación de las fuentes contaminantes constituyen un enfoque eficaz para resolver un problema de calidad del aire interior cuando las fuentes son conocidas y el control es factible.

Esto incluye el mantenimiento preventivo de los aires acondicionados, realizando limpiezas periódicas y cambios de filtros, la sustitución de placas de techo manchadas de humedad, realización de controles periódicos de calidad del aire que comprueben mediante análisis los niveles de mohos y levaduras, aerobios, E.coli, CO2, etc.

Una vez comprobados los niveles de contaminación existentes y siempre que se hayan cambiado los filtros de impulsión o plenum de retorno, deben verificarse dichos niveles y realizar si fuera necesario una desinfección en conductos y plenum de retorno.

 

Es por tanto que resulta fundamental la realización de controles periódicos de niveles de contaminación microbiológica.